lunes, diciembre 30, 2002
Muchas experiencias han puesto de manifiesto hasta qué punto la presión social de un grupo puede distorsionar la percepción de una realidad física obvia. En este orden de cosas, los trabajos de Solomon Asch son quizás los más representativos.
Los sujetos de Asch tenían como tarea comparar el tamaño de una línea recta con el de otras tres desiguales. Todos los sujetos, menos uno (que era el "primo"), expresaban en voz alta unos juicios comparativos falsos, de acuerdo con unas instrucciones previamente recibidas. Líneas que eran evidentemente desiguales, eran juzgadas como iguales por los sujetos "conchabados", que colocaban así al sujeto ingenuo en la difícil posición de tener que situarse frente a los juicios del grupo o bien mentir, o bien falsificar inconscientemente su propia percepción para acabar negando la evidencia y viendo realmente las líneas como iguales. El resultado, escalofriante, de estos experimentos fue que más de un 50% de los sujetos tomó este último camino, es decir, el de ajustar inconscientemente sus percepciones a las consignas del grupo.
José Luis Pinillos
Biblioteca Básica Salvat